8 agosto 2013
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Las informaciones vertidas hoy en los medios de comunicación, que cuentan sobre cómo afecta negativamente la vida de la gente los malos gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana sin que una fuerza opositora genere un contrapeso en su defensa, resultan no solo indignantes, sino que mueven a la acción ciudadana que frene de cuajo el derrotero al que la corporación política en el poder empuja a la nación.
Que en sólo seis meses la deuda pública haya sido incrementada irresponsablemente en casi tres mil millones de dólares, según las tímidas cifras oficialistas de la Dirección General de Crédito Público del Ministerio de Hacienda, que revelan un incremento de un 15.5%, al elevar el monto que encontraron en diciembre pasado en US$19,235.6 millones a US$22,219.3 el 30 de junio 2013, es solo una muestra de los desmanes al que estamos sometidos los dominicanos.
En tanto que el 50% de los alumnos de la educación media, en edades comprendidas entre 14 y 17 años, deserta. Tal exclusión social explica porqué el 48% de población pobre es menor de 18 años y la fábrica de jóvenes “ninis” que ni estudian ni trabajan, en la que se ha convertido la nación, reconocida por el propio Ejecutivo, cuando acepta que ésta ronda en un 33%.
Y como si fuera poco, nuestros ciudadanos son expoliados por las flamantes Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), quienes reportan excesivas ganancias en los últimos años. Una muestra es que durante el primer semestre de este año las utilidades van por un 56% (RD$2,617,204,098), superando el año anterior en RD$1,479,228,032, en desmedro de los magros ahorros de los trabajadores, sobre lo que los irresolutos diputados del Congreso piden explicación. Eso para no hacer nada al respecto, sino ver qué pescan en el río revuelto.
Mientras el empobrecimiento de la gente va a paso galopante, por la asfixiante crisis económica y la reforma fiscal peledeísta aplicada desde el año pasado, la banca dominicana reporta ganancias apabullantes de un 22.9% en el primer semestre del 2013, engulléndose unos RD$2,249.9 millones de los bolsillos de la gente.
El ahorro interno que debería alcanzar un 20%, tan solo llega al 7%, pues los gobiernos peledeistas escogieron el camino de la insostenibilidad, cuando “Para hacer inversiones públicas, invertir en la economía y aumentar el empleo, el país necesita endeudarse, y eso es insostenible” cuenta el economista Arturo Martínez Moya, quien criticó además de la actual reforma fiscal, las otras tres que hizo el ex presidente Leonel Fernández, derrochador jefe de la corporación morada, “para financiar un presupuesto desequilibrado e inversiones improductivas”.
Estamos pues, frente a un modelo económico oficialista que no hace más que desestimular la creación de empleo de calidad y la productividad, al dar la espalda a las pequeñas y medianas empresas, que son a quienes se le debería dar la oportunidad para generar crecimiento económico.
¡Cuánta desigualdad! ¡Tamaña exclusión! ¡Vaya usted a saber en manos de quién ha caído como víctima este pueblo!
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