DUARTE DESMITIFICADO

Por Max Francis Montilla Cadette

Hablar de tu  onomástico, es recordar solamente una fecha, aunque cumples hoy un Bicentenario, es solo eso, un recuerdo. La falta de patriotismo que hoy vivimos, la forma deshonrosa que han gobernado el sueño que tuviste un día de que fuéramos una República libre,  soberana e independiente, soy solo es eso,  un sueño.

Tú eres más que una fecha, eres la esencia de valores patrios, no como te describió Balaguer en su libro El Cristo de Libertad, aludiendo a que el Patriotismo es cosa de locos.

Desde el retrato donde se te presenta como un romántico y tal vez un poco gay, el cual nunca me gusto desde mi época de adolescente, te recuerdo como todo un político, revolucionario y tozudo (hasta un golpe de Estado diste el 9 de junio de 1844) con idearios y valores, como un día lo fue Caamaño.

Tu historia la han tratado  de hacer como si fueras un héroe, alejado de lo humano, la han falseado varias veces, dándole un especie de edulcorante de fantasía, novela y cursilería literaria, yendo y viniendo de boca en boca desde tu propia hermana Rosa Duarte, quien te define como “un dulce y amable joven” hasta la forma de estereotiparte en el “laudable propósito de ilustrarte, para libertar la patria donde naciste”.

Leyendo a Juan Isidro Jiménez Grullón en su obra “La Ideología Revolucionaria de Juan Pablo Duarte, Orígenes y Manifestaciones”, se expresa de manera tácita lo siguiente:

“Aun cuando el padre y sus maestros sintieran cierta aversión por el dominio que ejercía sobre el país la vecina República y trataran de desarrollar en él este sentimiento, no hay el menor indicio de que ninguno de ellos considerara que se resolvería el problema mediante la creación de una nación independiente, libre y soberana”.  (Grullón, 2006).

Tu fuiste autodidacta como el Prof. Juan Bosch, pues en tu época los haitianos habían cerrado la mayoría de centros de Estudios y Universidades, por lo que fuiste enviado por tu padre a Norteamerica a perfeccionar la formación cultural y así mantener el negocio familiar, que era el comercio.

Las ideas liberales que viste en Norteamérica impulsada por John Quincy Adams y su tesis democrática citada por Jiménez Grullón en su obra anteriormente dicha expresa que: “ La obligación, más que la facultad para dirigir su atención y para dictar disposiciones de aplicación general en todos aquellos asuntos que pudieran reconocerle como de interés general para el país”,  (Grullón, 2006) te dieron una idea de cómo conducir esta nueva patria, al igual que la que viste en Europa,  en el Manifiesto Comunista expresado por Marx y las lecturas de Montesquieu y los tres poderes del Estado, al que tú le añadiste otro, el Municipal el cual aun en tu República amada, no se cumple a cabalidad.

Esa guía que quisiste dejarnos en tus idearios, donde la igualdad para todos los ciudadanos, que se castigaran a los TRAIDORES, donde la honestidad, la moral, el amor a la patria fueran el norte, he de decirte que te fallamos, la justicia de nuestro tiempo tiene vendas y ventas y solo se la quita de vez en cuando para algunos “tutumpotes” se le hace una eternidad para condenarnos, para los “hijos de machepa” su dictamen es en cuestión de momentos.

No me interesa verte en una foto plastificado,  en el magro retrato que tenemos de ti, con tus bucles y patillas fuera de moda o que se recite tu juramento trinitario solo en este día, me interesa que seas acción, fuerza y  JOVEN, con ideas frescas como la tuviste antes.

Pero sobre todo VIVO, JUAN PABLO, me interesas HUMANO, DE CARNE Y HUESO.